Entrevista con Paul Pierroux-Taranto
Paul Pierroux-Taranto: “La Base Culture va a seguir creando inteligencia colectiva y acompañando proyectos transversales entre el mundo francófono y Valencia.
Paul Pierroux-Taranto es el presidente y co-fundador de La Base Culture. En esta entrevista realizada en el marco de mi máster, nos ha compartido su visión y sus proyectos para La Base Culture.
¿Cómo os defináis como equipo, cómo funcionáis, y cómo definas tú La Base Culture?
Yo definiría La Base Culture como una “incubadora de energías culturales”: quiere acompañar, revisitar y promover los proyectos culturales francófonos en Valencia a través de un extenso programa de actividades, creando e impulsando colaboraciones entre la capital del Túria y el mundo francófono.
La Base Culture nació de un encuentro, el de Anne-Sophie Crocquevieille y yo. Ahora somos un “colectivo” compuesto de artistas, mediadores culturales, intelectuales, científicos, profesores, voluntarios, becarios, ciudadanos, etc. En fin, acogemos a todos los francófonos y francófilos de Valencia que quieren aportar su piedra al edificio. Hay una dinámica transversal y un horizonte muy amplio de perfiles que abrazamos.
De hecho, nos llamamos “La Base” porque nuestro proyecto surgió de la base: la sociedad civil. Es lo que hace nuestra originalidad en comparación con las instituciones tradicionales y creo que aporta mucha creatividad a nuestros planteamientos. Anne-Sophie y yo intentamos delegar las tareas y constituir “polos” de competencia para ser más eficaces a la hora de trabajar. Pero siempre velamos a que sople un gran aire de libertad en nuestro equipo, sobre todo a la hora de proponer ideas. Creo mucho en el “ping pong” de ideas y en el enriquecimiento mutuo.
¿Cuál es el objetivo principal de La Base Culture?
Nuestro propósito en Valencia es obvio: promover las culturas de países francófonos en la ciudad. Insisto en el plural de la palabra porque, a pesar de ser francés, considero que hay una gran diversidad de prácticas culturales y lingüísticas de mi idioma. Es por eso que La Base Culture pertenece a la red internacional de las ‘Maisons des francophonies’ (otra vez, el plural) cuyo objetivo es difundir la francofonía en todo el mundo a través de una sesentena de instituciones, universidades, centros culturales, asociaciones, etc.
Dicho esto, cabe insistir en un punto clave de nuestra asociación: su identidad híbrida. La Base Culture es franco-valenciana. Anne-Sophie es francesa, pero lleva más de quince años en Valencia y está casada con un valenciano, yo soy francés y muy parisino (nací y me crié allí), pero mi madre es valenciana. Más allá de nosotros dos, hay valencianos francófilos en nuestro equipo. Creo que esta identidad híbrida es importante porque rompe con el verticalismo muy rígido de las instituciones. La Base Culture tiene y quiere desarrollar una dimensión horizontal: creemos en el intercambio y el mestizaje cultural. En este sentido, La Base Culture tiene otra vertiente que hay que seguir desarrollando: promover la cultura valenciana en el mundo francófono.
Estoy convencido de que ponemos el dedo sobre un fenómeno global y una aspiración social de fondo – sea un cambio generacional o una mutación antropológica: la voluntad creciente por una parte de la población de juntarse y construir nuevas pertenencias en función de sus gustos, sus pasiones, etc., donde tengan la oportunidad de explorar identidades diversas y fluctuantes. Yo creo que La Base Culture es capaz de crear los espacios idóneos para este nuevo tipo de comunión emocional. En este sentido, aspiramos a embellecer el mundo explorando nuevas formas de convivencia, sorprendiendo e innovando. Es nuestro papel de “incubadora de energías culturales”, diría yo.
¿Por qué querías crear tal asociación? ¿Pensabas que la ciudad lo necesitaba?
Yo quise crear La Base Culture por una razón coyuntural y otra más estructural.
La razón coyuntural: el “redimensionamiento” del Institut français de Valencia. Esta noticia ha conmovido a toda la población, tanto a los franceses como a los valencianos. Nunca hay que olvidar que el Institut français de Valencia fue una institución esencial en la ciudad durante más de un siglo. Fue un faro de las luces progresistas durante el oscurantismo de la dictadura franquista. Como te lo dije, mi madre es valenciana, pero se crió en un ambiente muy francófono y francófilo gracias a dicho instituto y al Lycée français. Entonces, hay una dimensión afectiva y sentimental en mi voluntad de reavivar la llama de la francofonía en Valencia.
Luego, la razón más estructural, es que al querer llenar este vacío dejado por la cuasi desaparición del Institut, he querido inyectar un aire nuevo y un perfume de juventud. Precisamente lo que te acabo de comentar: inculcar nuevas formas de convivencia basadas en el intercambio y el mestizaje cultural deshaciéndose del lastre limitante y rígido de las instituciones.
Tenía este proyecto en mis cajas de cartón desde hace años, solamente no sabía qué formas iba a tomar. Sentí que era el momento decisivo de actuar – el Kairós, como dicen los griegos – y, sobre todo, tuve la suerte de conocer a Anne-Sophie, es decir de encontrar a una persona realmente de confianza con intereses convergentes y un grano de “locura”, que es necesario para montar este tipo de proyectos. Solemos decir que formamos una “pareja profesional” y que también somos un poco locos los dos por haber creado de la nada La Base Culture en tan poco tiempo y en este desierto institucional francés en Valencia. Hay que añadir, para ser justos, que tuvimos la suerte de contar con el apoyo inmediato del primer periódico digital para los franceses y francófonos del extranjero lepetitjournal.com y del Centre del Carme Cultura Contemporánea (CCCC) de la Generalitat valenciana, en particular gracias a su director José Luis Pérez Pont.
¿Puedes hablarme un poquito de algunos proyectos pasados que te han gustado más?
Te voy a hablar de dos eventos que tuvieron lugar en el CCCC. Nuestro primer “gran” evento y el último gran evento de la temporada 2021-2022. Creo que son paradigmáticos de la evolución y profesionalización de La Base Culture.
El primer “gran” evento fue el “día del Principito” en el CCCC. Por razones largas de enumerar, tuvimos menos de dos semanas para preparar este evento y, como era el primero, no queríamos decepcionar al público ni al centro. Aquello nos parecía “misión imposible”. Convocamos a nuestro equipo y quedamos en una sala. Nos sentamos y empecé a decir el tema (que no habíamos elegido). Una mano se levantó para proponer una idea y… de repente, fue un ping pong ininterrumpido de propuestas, una “falla” de ideas. Era tan bonito y mágico ver al grupo cavilar e involucrarse tanto en el proyecto. Teníamos un presupuesto muy ajustado pero esto, en vez de impedirnos avanzar, decuplicó nuestra creatividad y nuestros esfuerzos. Esta libertad en la coacción era maravillosa. Al final, decidimos que el lema del día iba a ser la frase famosísima del Principito: “Lo esencial es invisible para los ojos”. Entonces, el día del evento, hubo una conferencia sobre los “caminos iniciáticos del Principito” dada por Annik Valldecabres que se puede considerar como la “memoria viviente” de la comunidad francesa en Valencia. Mientras ella hablaba, el famoso street-artista Disneylexya estaba pintando los símbolos alquímicos y elementos evocados en un fresco sublime sobre un muro del claustro gótico. También, hubo todo un “camino sensorial”, a ciegas, para los visitantes (se les quitó la vista) para que descubrieran sus otros sentidos y dieran su propia definición de lo esencial. Era como un camino iniciático en vivo en el CCCC.
El segundo evento, que acabó la temporada 2012-2022, fue la fiesta de la música. Decidimos acercar a la ciudadanía este evento popular creado en Francia en 1982 que tiene lugar cada año, el 21 de junio, con motivo del solsticio de verano, y en el que músicos aficionados y profesionales de todos los estilos ofrecen actuaciones gratuitas en diferentes puntos de las ciudades francesas. Citamos a más de 12 grupos de música y 2 DJ’s un día entero en el CCCC. Una programación musical ininterrumpida en la que convivieron diferentes estilos, desde flamenco, rock y blues hasta la danza africana; de la música clásica al country, el folk o el piano, así como sesiones de DJ, entre las que destacó la presencia de la DJ y productora musical china, Jasmine Li. A pesar de la lluvia, fue un gran éxito que asombró a la prensa local y demostró nuestro desarrollo interno, profesionalización y fuerza de impacto en la ciudad.
¿Qué tipo de público tocas más en general? ¿Quizás depende de cada proyecto?
Tocamos al público francófono y francófilo de Valencia. En realidad, son los dos públicos naturales de Anne-Sophie y yo. Ella es también formadora de francés para las empresas y responsable FLAM (francés para los niños de padres francófonos o bilingües) en Valencia. Entonces, su público natural son más bien los valencianos francófilos. Yo soy el director de la edición del periódico digital en francés lepetitjournal.com para la Comunidad Valenciana. Entonces, mi público natural son los francófonos al cien por cien. Gracias a La Base Culture, se juntan estos dos públicos. Además, contamos con los visitantes del CCCC para nuestros grandes eventos, es decir que hay muchos españoles, pero también extranjeros, turistas, etc. Y ya que tenemos un espacio en pleno centro de Valencia (cerca del Mercado de Abastos) contamos también con todo el vecindario y las personas interesadas por nuestros talleres y clases de francés. Es mucha gente al final, y su perfil depende de la actividad que proponemos, claro.
Si tuvieras todo lo necesario para llevarla a cabo, ¿qué tipo de manifestación cultural quisieras poner en marcha?
Estamos trabajando en dos proyectos de envergadura para 2023 que me ilusionan mucho. Me ilusionan porque conllevan una visión muy innovadora de Valencia, aportan algo radicalmente nuevo a la ciudadanía y contribuyen al crecimiento de la inteligencia colectiva. El primer proyecto es la instalación de un biorreactor de microalgas que fijan el CO2 del aire. Esta exposición se va a realizar en el claustro gótico del CCCC. Trabajamos en colaboración con la agencia parisina Un Jardin Sur les Toits que desarrolla este tipo de tecnología. El biorreactor se concibe como una obra de arte en sí con un circuito guiado y comentado sobre “la vida secreta de las microalgas”. El segundo proyecto es la instalación de una biblioteca itinerante compuesta de módulos auto montables y transparentes en algunos puntos estratégicos de la ciudad de Valencia. Es una solución espacial innovadora concebida por el estudio de arquitectura belga Aminima. Estos cubos serán realmente “incubadoras de energías culturales” en torno al tema de la “convivencia”. Habrá talleres, conferencias, encuentros, lecturas, música, etc., y serán una ayuda real para la ciudadanía, ya que solucionarán las carencias de bibliotecas en algunos barrios de la ciudad.
¿Cómo ves el futuro de La Base Culture, idealmente?
Por una parte, quiero que La Base Culture consolide su posición de polo francófono y francófilo local, sumando fuerzas y creando colaboraciones con el tejido asociativo, artístico, cultural, intelectual, social y solidario de Valencia. Es un trabajo de hormigas esencial para una asociación que aspira a crecer. Es lo que llamo la lógica de ramificación.
Quiero también que nuestro espacio atraiga cada vez más a francófonos y francófilos y que La Base Culture tenga toda la legitimidad de federador de la comunidad francófona en Valencia. Podríamos llamar esto la lógica de legitimación/institucionalización.
Por otra parte, quiero que sigamos creando inteligencia colectiva, estimulando y acompañando proyectos transversales entre el mundo francófono y Valencia. Es lo que llamaría la lógica de incubación.
Por fin, quiero que La Base Culture tenga “bebés” en España y Europa y constituya su propia red tejiendo lazos con el mundo francófono y exportando allí los talentos locales. Es lo que llamaría: lógica de internacionalización.
¿Preferías que se quedara una relativamente pequeña asociación, o querías extender su red de influencia quizás fuera de Valencia?
Sí, acabo de contestarte. Quiero que La Base Culture se extienda fuera de Valencia a medio o largo plazo. No tengo prisa, pero creo que constituirse una red propia y autosuficiente es la condición sine qua non de su supervivencia y pleno desarrollo de su potencial creativo y organizativo.
Si tuvieras una palabra para resumir el año pasado en la asociación, ¿cuál sería?
Aprendizaje.
Si tienes algo que añadir que no haya mencionado:
¡Bienvenida a La Base Culture!
Mathilde Gerard
Leave a comment